Hay mucha hipocresía y doble
moral, demasiados filtros aplicados a situaciones que ni de lejos son iguales
por muy parecidas que puedan llegar a ser.
En derecho existen agravantes y
atenuantes, existen jueces para interpretar e incluso indultos para corregir
una aplicación textual de la ley cuando un juez no puede ser realmente justo
sin entrar en la prevaricación.
En la sociedad actual se
implantan ideas a través de los medios de comunicación, ideas que nada tiene
que ver con realidades y sí mucho con tener controlada a la masa a través de
avivar los más bajos instintos humanos.
Independientemente de comulgar
con determinados ideales, o no, tenemos que romper una lanza por todas aquellas
personas que diariamente continúan empeñados en hacer una sociedad más justa, más
igualitaria.
Para detectar esas intenciones,
intenciones de que sea el pueblo el que tome las riendas de su futuro y no las
elites representativas, es el propio pueblo el que debe de huir de los análisis
superficiales, de la cultura de portera de patio de vecino. Estamos demasiado
anclados en el pasotismo y en el placer fácil e inmediato, tanto que no
queremos perder ni un solo minuto en aportar o apostar por algo más allá de las
cuestiones que nos puedan tocar directamente.
El último caso en el que podemos
ver esa muestra de imbecilidad absoluta del género humano lo tenemos en el caso
del concejal encarcelado, concejal al que le ha pasado factura su constante
lucha desde las posiciones sindicales, esas que hace unos años eran normales en
el ámbito sindical y que ahora han sido criminalizadas ante la efectividad
contra el régimen que han demostrado. El encarcelamiento por un defecto de
forma (casualmente la procuradora olvido los plazos de los recursos) es un síntoma
claro de que algo no anda bien, eso y que incluso no se admitan como prueba los
propios videos de las fuerzas de seguridad del estado.
A poco que indaguemos en el caso
iremos viendo como detrás de esto no hay nada más que frenar los grupúsculos que
desde posiciones cercanas al pueblo mantienen esa lucha constante desde el
pacifismo y la concienciación, repetimos, independientemente de comulgar o no
con sus ideologías.
A poco que hayáis leído algo
sobre la ley mordaza y otro tanto sobre modificaciones legislativas en materia
de corrupción, observareis que la laxitud de esta última es directamente
proporcional a la agresividad de la primera, rayana esta en la
inconstitucionalidad.
Ese es el verdadero fin de
determinadas sentencias, sentencias sorpresivamente rápidas en relación a casos
como la Gurtel, etc. Y que pone de manifiesto que es mas punible realizar actos
simbólicos que los atracos al erario público por los propios políticos…como
muestra podemos poner la de los compañeros del SAT sacando cuatro carros de
comida “prestados” de un supermercado para demostrar que el sistema es capaz de
criminalizar dar comida el pueblo por encima de ladrones de despachos llevándose
el dinero de todos…sin embargo dieron más bombo a un simple empujón que al
fondo de la cuestión…lo peor es que la sociedad se puso de parte del sistema en
una muestra más de miopía social.
Las gafas de colores son una cosa
y los antifaces opacos otras, la suerte es que ambos se pueden quitar y poner,
que además es voluntario…recuerda una cosa…sin el sentido de la vista todo es más
difícil….¿porque renunciar a algo que no se definitivo?...quítate la venda…incluso
con gafas de colores es mejor, pero no permitas que te impongan la ceguera.