Las medias verdades quizás son peores que las mentiras, como también
lo es que donde se dice digo se diga diego…
Hace poco más de un año, la empresa, le negó a un trabajador
el derecho a acceder a la reducción de jornada por una vacilada de quien tenía
que tramitar la misma, vacilada que no llega a nosotros con un; “denunciadlo si
queréis”. Afortunadamente, como casi todo lo que denunciamos, el fallo fue
favorable al trabajador.
La empresa, no contenta con esto, seguramente molesta porque
le quitamos “la varita de decidir según le caiga en gracia el trabajador”, implanto
una solicitud de documentación que puede incluso vulnerar el derecho a la intimidad
de terceras personas que no tienen vinculación laboral con la empresa, es decir,
solicita documentación adicional que no es siquiera obligatoria según la Ley
(esta solo recoge acreditar que se tiene un mayor o menor de 12 años a su
cargo).
Ante nuestras quejas por este asunto, fue el propio Gerente
(que hoy nos dice que se equivoco y nos pide disculpas, que aceptamos, por supuesto,
como atenuante y no como justificativo) el que nos dice que él entiende lo
mismo que nosotros y que impartiría las instrucciones pertinentes para corregir
el asunto.
Hasta hoy así se lo hemos hecho llegar a todos los compañeros
y compañeras que nos han preguntado, pero casualmente cuando han tenido que
acceder a una nueva petición resulta que se dejan caer desde recursos Humanos
con la misma exigencia….Esto evidentemente nos deja en muy mal lugar por dos
cuestiones: La primera por confiar en la palabra dada por el máximo representante
de la empresa, el gerente. La segunda por trasladar como seguro el cumplimiento
de la misma.
No cabe duda que cada cual queda por lo que es, nosotros por
confiar en la buena fe quedamos por “pardillos”, quien ha faltado a la verdad o
a la palabra dada queda también por lo que es…calificadlo vosotros.
Tenemos que indicaros que todo esto viene a colación de un
punto expuesto en la Comisión Mixta Permanente sobre este asunto, asunto en el
que la empresa pretende meternos en el embolado de darnos el caramelo por los cómputos
de una aplicación de jornada que supone
de facto un abuso por parte de esta y que lo aplica jugando con la necesidad de
los reductores de jornada, pero negándose a regular la cuestión negro sobre
blanco….igual que en el tema anterior la ambigüedad es la principal cualidad de
los estúpidos.
Ante esta situación y al margen de que estamos en consultas jurídicas
para que la empresa no se atribuya decisiones basadas en el clientelismo, en el
abuso de la norma o que en base a esta dificulte el acceso de algún trabajador
a su derecho, os invitamos a que nos comuniquéis cualquier incidencia a este
respecto….
NOTA: No olvidéis del calificativo, seguramente distara mucho
del que actualmente algunos tienen del calificado.