Parece ser que la intención de la
empresa con la impartición de cursos sobre acoso en el trabajo es la que
establecer un protocolo de actuación cuando se den casos de este tipo.
Hasta aquí todo normal si no
fuese porque detrás de ello subyace otra intención más oscura y sibilina, al
estilo de la casa.
Si tenemos en cuenta que la
propia profesora del curso reconoce que estos asuntos son difíciles de
concretar, es decir, depende en gran medida del prisma con el que se mire o con
el que lo vean tanto el acosado como el acosador y que la legislación ya
contempla las acciones a seguir, nos encontramos con una herramienta muy útil para
la empresa si la quiere utilizar como régimen disciplinario, teniendo en cuenta
que en esta casa tenemos bastantes perros que están dispuestos hasta de mentir
con tal de trepar….a los hechos nos remitimos.
Seguramente nos encontremos con
el habitual paternalismo y pretendan hacer ver que es por nuestro bien, pero…¿Por
qué bien si ya tenemos legislación elaborada al respecto?...esa es la cuestión,
aprovechando los acontecimientos recientes pretenden dar otro palito a la
burra.
Nuestra organización no va a ser partícipe
de este atropello y seguramente utilicen la táctica de pararlo todo si no
tragamos, es decir, que el darte cuatro migajas signifique justificación para
que algunos firmen y nos acusen de sindicalistas irresponsables….ahí queda eso….que
se pongan a la cola.