Existe una delgada línea entre los principios ideológicos y
la manera de aplicarlos. Es complicado cambiar el sistema cuando se tiene poca ventaja
o pocas armas para hacerlo, incluso cuando se tienen y el hermetismo del
sistema lo hace impenetrable cuando se le ataca de determinada manera.
Si atendemos a precedentes en nuestra empresa e incluso a precedentes
actuales fuera de ella, observaremos como el sistema se cierra herméticamente
y con toda la maquinaria del poder mediático al servicio de los opresores, para
criminalizar determinados movimientos que de ser secundados por el resto de la
sociedad pondría en peligro el actual estatus de intocables de la casta
dirigente.
Analizando la noticia y teniendo en cuenta la posible manipulación
de los medios, podemos observar que los movimientos catalogados de anarquistas
han entrado en una vía muerta ideológica con sus acciones, es decir, ese libre
albedrio y libertad plena de pensamiento se pone en entredicho en el mismo
momento que se pretende imponer un dogma desde la fuerza, sea político o
religioso.
Ambas acciones, las de opresores y oprimidos, están sustentadas
en la desesperación, en la falta de salidas consensuadas. Es la única opción que
se les deja si se quieren resultados inmediatos, es decir, fuerzan
subliminarmente a que se llegue a extremos generando una sociedad excesivamente
caprichosa, tanto que no es capaz de entender acciones de estrategias que
supongan dar un rodeo para llegar al objetivo, que exige resultados para ayer…
El mayor error de todos es que los dirigentes, portavoces o
representantes de los movimientos alternativos en la búsqueda de una sociedad más
justa, se dejan llevar por esa presión y caen en la perdida de los propios
valores de los que emanan. Esto produce que cada vez se diluyan mas esos
ideales y por consiguiente que los poderes facticos cada vez cojan más fuerza,
no por acción directa sobre los oprimidos, sino modelando a estos últimos hasta
el punto que no son capaces de diferenciar ideologías.
El discurso de que no existe ya la ideología está calando
incluso en movimientos supuestamente de izquierdas, movimientos que históricamente
han estado empeñados en que no se pierdan esos principios. A poco que echemos
la vista atrás en la historia observaremos que los lideres fascistas llegaron
al poder con propuestas claramente populistas que utilizaban la moralina o
apelaban a los más bajos instintos de supervivencia de las personas para que se
decantasen por su opción, opción claramente diferente al llegar al poder,
semidioses que decidían que era bueno y que era malo…lo malo lo eliminaban radicalmente….igual
que ahora, solo que antes era por la fuerza visible y a hora es por la fuerza
invisible.
Ya entramos en el bucle y volvemos al inicio del texto….aprendiendo
de la experiencia han logrado que los fascistas gobiernen en la sombra, pero
sin quemar libros, gasear judíos o gitanos o invadir miliarmente países, al
contrario, como saben que esa imagen al final les dejan en la picota, han
utilizado la fuerza subliminar para hacer que a las alternativas a una sociedad más justa no
les quede otra salida, o al menos que no sean capaces de visualizarla, que
tirase al monte…y ya caímos en la trampa…el bueno se visualiza como criminal a
la vista subjetiva de una sociedad manipulada “genéticamente” y el malo renace
como salvador de las masas y líder “fantástico” de la sociedad….La Santa Inquisición
del siglo XXI…llevando a la hoguera a supuestas brujas a las que acusan falsamente
simplemente porque pueden desenmascararles…no está de más una repaso de la
historia para darse cuenta que estamos en la versión evolucionada de la fusión de
todos los experimentos que , a lo largo de la historia, se han llevado a cabo
por diferentes grupos de poder con la intención hacerse dueños hasta de los
sueños…