Este año, un año importante, hemos visto como se están reposicionando las diferentes secciones sindicales.
Rectificar es de sabios, según dicen, y está claro que al menos dos secciones hemos reposicionado nuestros planteamientos limando diferencias y malos entendidos del pasado para iniciar un camino paralelo con el único objetivo de anteponer a cualquier interés partidista o rencor, el interés general de los trabajadores.
En esta nueva reposición contamos con el apoyo de la fuerza sindical que ha irrumpido con fuerza en esta nueva etapa, lo que lejos de ser negativo como algunos venden, nos sitúa a los tres en ese impulso de renovar el sindicalismo en Tussam, en estar en la posición de decir basta al sindicalismo sumiso e interesado que desgraciadamente tuvimos en la anterior etapa, insistimos, sin rencores porque estamos convencidos que todos aprendemos de los errores, bueno…casi todos.
No nos olvidamos de esa otra fuerza que también tienen en sus filas savia nueva y aunque de momento solo haya apoyos puntuales, porque estamos convencidos que al final, el impulso de los trabajadores, les hará también resituarse en la línea natural y básica de anteponer las necesidades de los trabajadores a cualquier otro interés.
Por último, y a pesar de los juegos retóricos del comercial al uso, situamos al tercero en discordia…que como ocurrió en 2004, no asume que no “manda”…y a pataletas mandan.
Centrándonos en sus últimas publicaciones no tenemos más que sonreírnos ante los continuos cambios de criterios según soplen los vientos…primero vimos como su máximo representante repartía mascarillas sin el menos control de las medidas sanitarias, después vimos como callaban cuando la empresa lo hacía, luego lo de promover suspender las elecciones por seguridad sanitaria, al momento lo contrario, luego repartiendo panfletos, al día siguiente criticando que nosotros lo hagamos…¿Qué será lo próximo?...¿meter un congreso con gente externa en el salón de actos?...
Cualquier cosa nos podemos encontrar en determinado bando sindical, pero está claro que el reposicionamiento no tiene marcha atrás…y esto también va dirigido al mentor y protector de estos últimos que, desde su atalaya dictatorial empieza a motor como se le tambalea el cortijito.