jueves, 6 de noviembre de 2014

CONCUBINAS Y PROXENETAS

Protocolos…los únicos protocolos que los trabajadores conocen son los de  los aires acondicionados y los de las rampas.
Existen, según la empresa, algunos protocolos más, siempre referidos a los que afecta a los conductores, que han sido elaborados por la empresa en su área de “alto secreto” y que no son compartidos con el colectivo de conductores porque si lo hiciesen tendrían que matarnos, vamos, que es por nuestro propio bien.
En la Comisión Mixta de hoy, al margen de ser otra pantomima con actores predeterminados e información privilegiada, hemos vivido más de lo mismo…una empresa cuyos proyectos de alto secreto solo son compartidos con unos pocos elegidos y unos elegidos que se conforman con ser los perritos de los amos.
Entre estas cuestiones la casa sin barrer. No importa que se traten puntos que anteriormente se han tratado a propuesta nuestra y fueron denegados, si hay que meterse de nuevo….pues se meten y……. !!tatachan!!...casualmente se aceptan las modificaciones de los ponentes y casualmente en la línea argumental, con leves modificaciones estéticas,  que exponía la empresa en un inicio….hay cosas que no cambian…por mucho que cambien los nombres.
Continuando con el tema de los protocolos, la empresa ha llamado al orden al centro de control por enviar un mensaje advirtiendo de apedreamientos en la línea 31 en vez de poner “protocolo activado”…¿a qué obedece este tirón de orejas?...ni más ni menos a que se reconoce de facto que existe peligro para la integridad de los trabajadores y que no toma ninguna medida para evitarlo…bueno sí, activar el protocolo.
¿Conocéis alguno de vosotros el protocolo? Es evidente de que no dado que es algo que la empresa no ha querido compartir ni publicitar y mucho menos incluir nuestras apreciaciones…al fin y al cabo los políticos siguen marcando las pautas por encima de la pura gestión empresarial, algo que deja en jaque la postura de la que se jacta el gerente.

No vamos a explayarnos, pero parece que la empresa ha sucumbido a los antiguos placeres del uso de concubinas y de contubernios, lo que nos conduce a entender que la diferencia entre acudir a otro tipo de presión forzados por las concubinas y hacerlo con intereses legítimos de los trabajadores es tan sustancial que se intuye sonido de villancicos hasta final de la primavera.