Protocolos…los únicos protocolos que los trabajadores conocen
son los de los aires acondicionados y
los de las rampas.
Existen, según la empresa, algunos protocolos más, siempre
referidos a los que afecta a los conductores, que han sido elaborados por la
empresa en su área de “alto secreto” y que no son compartidos con el colectivo
de conductores porque si lo hiciesen tendrían que matarnos, vamos, que es por
nuestro propio bien.
En la Comisión Mixta de hoy, al margen de ser otra pantomima
con actores predeterminados e información privilegiada, hemos vivido más de lo
mismo…una empresa cuyos proyectos de alto secreto solo son compartidos con unos
pocos elegidos y unos elegidos que se conforman con ser los perritos de los
amos.
Entre estas cuestiones la casa sin barrer. No importa que se
traten puntos que anteriormente se han tratado a propuesta nuestra y fueron
denegados, si hay que meterse de nuevo….pues se meten y……. !!tatachan!!...casualmente
se aceptan las modificaciones de los ponentes y casualmente en la línea argumental,
con leves modificaciones estéticas, que exponía
la empresa en un inicio….hay cosas que no cambian…por mucho que cambien los
nombres.
Continuando con el tema de los protocolos, la empresa ha
llamado al orden al centro de control por enviar un mensaje advirtiendo de
apedreamientos en la línea 31 en vez de poner “protocolo activado”…¿a qué
obedece este tirón de orejas?...ni más ni menos a que se reconoce de facto que
existe peligro para la integridad de los trabajadores y que no toma ninguna
medida para evitarlo…bueno sí, activar el protocolo.
¿Conocéis alguno de vosotros el protocolo? Es evidente de que
no dado que es algo que la empresa no ha querido compartir ni publicitar y
mucho menos incluir nuestras apreciaciones…al fin y al cabo los políticos siguen
marcando las pautas por encima de la pura gestión empresarial, algo que deja en
jaque la postura de la que se jacta el gerente.
No vamos a explayarnos, pero parece que la empresa ha
sucumbido a los antiguos placeres del uso de concubinas y de contubernios, lo
que nos conduce a entender que la diferencia entre acudir a otro tipo de presión
forzados por las concubinas y hacerlo con intereses legítimos de los
trabajadores es tan sustancial que se intuye sonido de villancicos hasta final
de la primavera.