A diferencia de la Huelga general convocada por los sindicatos del reino, tenemos un documento grafico de que cuando los convocantes son otros, se aplica una represión “pelin” más dura…
Todo ello contrasta con la pasividad de las fuerzas del orden en la huelga-teatro que convocaron los grandes sindicatos en septiembre y que si fue secundada por los sindicatos que se suponen tenemos menos representatividad.
El Pasado día 27, en el País Vasco, Navarra, Galicia y Catalunya, los sindicatos alternativos, que sí tienen representatividad y apoyo suficiente para zarandear a los “sindicatos oficiales”, convocaron una Huelga General contra la nueva traición que se ha realizado hacia la clase trabajadora, sobre todo hacia esos que aún no se pueden defender, nuestros hijos y nietos, sirviendo a la vez para testear la capacidad de movilización y unión que puedan tener los nacidos en la década de los sesentas, última tanda que ha conocido de una manera directa lo que fue en su día la lucha obrera.
Se nos da una idea de que la cuestión es algo más, teniendo en cuenta que no afecta de manera inminente ni directa, estrategia muy utilizada por gobiernos y poderes facticos. También podemos poner en entredichos a esos elementos que se dedican a retar para que los sindicatos alternativos realicemos algún tipo de movida en contra de la traición sindical e ideológica, queda demostrado que en esas ciudades y regiones donde los movimientos alternativos han dejado de serlo para convertirse en mayoritarios, no se andan con chanchullos y chiquitas, lo mismo que ocurriría en todo el país si los trabajadores modificasen sus hábitos acomodados y mantuviesen una estado de alerta y confrontación permanente que no diese tregua al gobierno y la patronal, siendo evidente para ello hay que huir del apoyo a un sindicalismo que nos reporta beneficios alternativos al margen de la lucha obrera (cursos, vacaciones, etc.), fomentando el borreguísimo y al servicio del amo que le da de comer >>léase subvenciones<<
Podríamos hablar de dos alternativas iníciales para corregir la situación;
1. Forzar a través de las bases, los sindicatos oficiales a modificar el comportamiento.
2. Cambiar afiliaciones aislando, representativamente hablando, a los sindicatos traidores y dando el protagonismos a las alternativas existentes.
Ambas situaciones dependen en exclusiva de los trabajadores, de su capacidad de lucha, de su implicación, de su grado de rebeldía, pero sobre todo de su grado de dignidad…¿Cuánta dignidad crees que tienes?...a mas dignidad menos tragaderas….tu mismo.