domingo, 21 de septiembre de 2014

¿ JUSTIFICACIÓN O ARGUMENTOS?... TOMATERO COMO QUIERAS, TU ELECCIÓN DIRÁ MUCHO DE TI


¿Cuántas veces hemos vivido situaciones en las que los usuarios nos increpan y culpabilizan de los retrasos que se producen en las líneas? ¿Cómo os sentís cuando se os acusa de privilegiado, de estar todo el día sentado y de falta de empatía? ¿Cuántas veces tratáis a todos los usuarios igual porque un energúmeno, golfo o malnacido os ha increpado de manera vehemente e injusta?
Está claro que todos nos identificamos con estas cuestiones, que todos hemos sufrido ese mal sobrevenido.
Para muchos de nosotros la profesionalidad y nuestra capacidad de  encaje nos lleva a mantener en todo momento la compostura, aunque ocasionalmente tengamos brotes autodefensivos que incomprensiblemente nos lleva a agravar aún más el problema, pero necesariamente aplicamos la experiencia adquirida para que la afectación que esos problemas nos produzcan sean la menor posible, sobre todo en el ámbito de lo personal.
En toda esta problemática influye sobremanera la imposibilidad de poder demostrar al usuario que no somos como esos que generan los problemas, llámense los planificadores de los horarios, los jefes de tráfico, controladores e incluso algún “compañero” conductor que deliberadamente pueda provocar determinadas situaciones…es difícil de explicar y lamentablemente tenemos solamente el tiempo que el usuario este subido al bus para que pueda valorar nuestro comportamiento de manera justa…para lo que también influye negativamente el estado de poco receptivo con el que accede al bus….
Todas estas cuestiones sobrevenidas solo influyen a largo plazo en el final de la cadena, en el conductor y por ende en su familia. El resto de actores en liza  se olvidan fácilmente o lo ven como una mera anécdota, la situación o conflicto que han generado…sus vidas continúan…al conductor le queda normalmente una larga jornada en la que se sumaran episodios similares y teniendo en cuenta que la falta de liderazgo organizativo es más que plausible…ni le dejan alternativa, ni espera respuesta de alguien que la pueda ofrece de manera práctica.
Para dar solución a este asunto, los conductores y ultimo escalón de la cadena, solo tenemos o podemos encomendarnos a quien se supone que puede ponerle las pilas a la empresa o a los jefecillos perretes, encomendarnos a los sindicalistas. La pregunta es ¿ a todos los sindicalistas?...pues está claro que no, indiscutiblemente NO. Hay personajes que se dedican al sindicalismo como trampolín hacia otros menesteres alejados de los intereses de los trabajadores y los hay que perteneciendo a la categoría de conductor se interesen mas por generar beneficios a ciertos colectivos que de la pura y mera justicia igualitaria social entre categorías.
Como habréis observado hemos hecho confluir dos cuestiones…una cuestión de desigualdad en el trato que directamente soportamos los conductores cuando se generaliza la acción de uno hacia todo el colectivo y otra sobre la desigualdad que aplicamos cuando generalizamos sobre las actuaciones u omisiones de los sindicalistas aplicándoles a todos el mismo rasero.
Si los conductores tuviésemos que estar demostrando constante y doblemente que somos profesionales por el mero hecho de que uno de los aludidos anteriormente nos genera problemas adicionales, no cabe duda que acabaríamos de dos maneras…o rotos emocional y psíquicamente o entraríamos en un pasotismo sobredimensionado como mecanismo de defensa para no entrar en la primera espiral…la tercera y remota posibilidad, aunque se pueda dar, es tener la capacidad de abstraerse de los problemas sobrevenidos y actuar con la máxima profesionalidad posible aunque ello desafortunadamente sirva para apuntalar la silla del que genera el problema realmente.
Cerramos haciendo hincapié en la importancia que tiene apoyar, valorar y ayudar a quien o quienes tiene la posibilidad de moverle el sillón a los que generan los problemas….para ello solo hay que ser capaz de entender que cualquier camino que de manera clara conduzca a la mejora colectiva no puede ni debe de ser llenado de obstáculo porque alguien, en otros momento o paralelamente, hay fallado en la planificación de otros caminos, incluso cuando lo han construido deliberadamente para llevarnos al borde del precipicio.