domingo, 1 de octubre de 2023

GOEBBELS EL CHATO

 La vida cambia, los tiempos pasan, solo los ególatras y los fascistas juegan a crear sociedades a su imagen y semejanza.

En la última guerra mundial, dado el control que tenían del sistema, los fascistas aplicaron,  gracias a la maquiavélica mente de un tal Goebbels, los 11 principios de la propaganda nazi. A día de hoy los mal llamados socialistas y/o los autodenominados de izquierdas intentan imponer sus dictaduras utilizando los mismos principios.

Pongamos un ejemplo cercano o apliquemos esos principios a nuestro entorno laboral pivotado por falsos socialistas:

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Sí, seguro que a medida de que avanzas en la lectura te van sonando las tácticas aplicadas en Tussam en los últimos 7 años.

No nos extendemos más por eso del principio de simplificación, claro que tampoco vamos a usarlo, sencillamente nos ha parecido ciertamente ilustrativo que los principios nazis lo sigan aplicando sus herederos del siglo XXI, solo que ahora se hacen mal llamar; sociatas y sindicalistas.