El acosador Carlos Arizaga, todavía director gerente de Tussam, no para de batir récords. Alguna página debe tener ya reservada en el Guinness para sus proezas.
El tipo cobra alrededor de doce mil euros al mes por la nada despreciable marca de haber perdido más de seis millones de usuarios desde que se hizo cargo de la empresa. O lo que es lo mismo, la criatura se embolsa 0,12 € por cada viajero que expulsa del transporte público de la ciudad, ahí es nada. ¿Alguien duda de que esto no es gestionar?.
Eso amén de los cambios de líneas sin sentido, enchufes, persecuciones, incluso de sus propios directivos, y el desgraciado récord de ser el único gerente en la historia de la empresa que durante su mandato dos trabajadores se hayan quitado la vida como consecuencia directa de decisiones arbitrarias de la dirección. Como podéis comprobar, el mérito del muchacho no para de acrecentarse.
Pero por si no fuera bastante, ahora ha presentado un plan de viabilidad para la empresa, tras haberse pasado cinco años sabáticos sin percatarse de que era necesario, seguramente porque se le habrá presentado la virgen y le ha puesto ante las narices la solución milagrosa. Para el plan propuesto es evidente que no hay que ostentar doctorado y máster de la facultad más prestigiosa en economía y gestión empresarial a nivel planetario, porque hasta un niño de cinco años hubiera podido hacerlo igual.
Las medidas pasan por la privatización de once líneas si la Junta de Andalucía no se hace cargo de ellas por medio del Consorcio de Transportes Metropolitano (menos servicio público y menos empleo estable); los ciento cincuenta conductores que tienen aprobadas las pruebas de ingreso en la empresa y están actualmente en condición de eventuales, a la calle porque no se les renovarán sus contratos (todavía más creación de empleo); flexibilización de las condiciones de trabajo de los conductores que permanezcan en plantilla tras los ajustes (más látigo y retroceso, algo que le produce un especial placer); congelación salarial de toda la plantilla (que para eso hemos sido quienes hemos generado la terrible crisis que nos azota); y ajuste de los niveles de oferta (todavía menos servicio público y más coche privado en las calles de la ciudad ¿de las personas?).
Sobre su supersueldo, el exitazo indiscutible de no haber alcanzado logro alguno desde que gestiona la empresa y ser el máximo responsable la falta del más que necesario clima de entendimiento y colaboración social en la empresa no se ha pronunciado todavía. Hay cosas que siempre es preferible callar.
Hoy me ha llegado un escrito de la sección sindical de UGT en Tussam en el que cuentan que han solicitado al presidente del Consejo de Administración de la empresa, es decir al Alcalde, un recorte salarial drástico en el sueldo de Arizaga.
La propuesta consiste en que el gerente no pueda cobrar más que el Alcalde de la ciudad, cosa bastante lógica dado que en la actualidad cobra alrededor de un treinta por ciento más. Además lo argumentan en la decisión de Griñán de limitar los sueldos de los directivos de las empresas públicas por debajo de lo que cobra el Presidente de la Junta de Andalucía. En definitiva, aplicar algo de sentido común en este desmadre.
Igual el Alcalde sufre una sobredosis de sentido común y les hace caso, pero tengo serias dudas, porque lo único cierto a día de hoy es que, a pesar de la cantidad de barbaridades cometidas, y lo que te rondaré morena, todavía no lo ha echado.
VIA: Jack Daniel´s