Queremos ampliar un poco la información anterior y sus consecuencias, dada la insistencia de algunos trabajadores en este sentido.
Es cierto que las noticias siempre esconden tras de sí intereses ocultos. También es verdad que muchas veces esos intereses no coinciden con lo que deberían defender los ponentes de las mismas. En este punto nos centramos plenamente ya que las consecuencias de ciertas declaraciones benefician mas al acosador que al acosado.
Por si no teníamos bastante con la campaña de desprestigio que hemos sufrido los trabajadores desde 2007 por parte del equipo de gobierno de la ciudad y de los directivos de la empresa, de la que han sido participes ciertas organizaciones sindicales, bien por acción o por omisión, nos encontramos de nuevo con que el resultado de la noticia anterior supone que la opinión publica se vuelva en contra al parecer que los trabajadores de Tussam solo queremos salvar nuestro trasero.
De nuevo esto puede formar parte de la campaña del Ayuntamiento para enmascarar sus ideales "fascinantes" y hacer pagache de sus desmanes a otro colectivo que no tiene ninguna culpa, los usuarios y consumidores, utilizando la vía del enfrentamiento y azuzando a estos contra los trabajadores.
Desde ASC queremos dejar claro que estamos en contra de la eliminación de lineas y que una medida de este tipo debería de ser argumentada y consensuada entre las partes implicadas antes de su puesta en marcha. Manifestamos este posicionamiento ante la mala fe con que se esta utilizando el tema, a modo de cortina de humo, y que oculta intereses bastardos de los promotores ¿ Estará, el equipo de gobierno, queriendo meter de nuevo a Tussam en la batalla política-personal del Alcalde? ¿ estará buscando argumentación artificial? ¿porque no elimina directivos inoperantes que sale mas rentable? ¿porque no se analiza, financieramente hablando, el origen de la situación actual?...ahora pretenden que entre trabajadores y usuarios paguemos sus despilfarros, como siempre, que el currito pague la crisis y mientras ellos, sus directivos y cargos de confianza malviven con sus exiguos y humillantes sueldos "cien-euristas".
Ni que decir tiene que todo aquel que utilice o se deje utilizar por estos desalmados, sea por acción y/u omisión, tienen todas las papeletas para que, a parte de RUÍN, se les califique con adjetivos ciertamente malsonantes.