Desde el incidente del gusano, parece ser que se han
encendido las alarmas y ha aumentado la preocupación por según qué averías a
las que antes de le daba el tratamiento de “continúe que ya le vera el coche taller”..
Qué duda cabe que este tipo de instrucciones no eran las más
adecuadas o las más profesionales, aunque afortunadamente y en estos casos la profesionalidad
de los conductores, imponiendo criterios acertados al decidir la inmovilización
del vehículo, ha supuesto que el número de coches con averías graves que se hubiesen
provocado de haber seguido circulando con los mismos, ha quedado reducida a la mínima
expresión, aunque por ellos los conductores hayan tenido que soportar presiones
y amenazas veladas por parte de esos jefecillos que no tienen consciencia de
una prestación global del servicio y solo piensan en contrarrestar el problema
puntual que les afecta sin tener en cuenta de las negativas consecuencias a
futuro.
Ante esta situación hemos solicitado a la empresa que se
establezca un protocolo de actuación no solo sobre averías puntuales, sino
sobre el conjunto de ellas, que supongan una coordinación integral de todas las
secciones implicadas pero de obligado cumplimiento.