sábado, 4 de enero de 2020

REFLEXIÓN CONTRA LA REPRESIÓN...!!NO PASARAN!!

Aún hay personas a las que podríamos denominar valientes, para las que la vida es una búsqueda constante de justicia social y humana, es posible que vivamos en una época en la que el egoísmo prima, en la que la manipulación de los medios de comunicación es constante, en la que los políticos han perdido su identidad y solo se preocupan de sus intereses partidistas, o aún peor, de los personales, es posible que sean tiempos en los que los estómagos agradecidos, necesiten ser tiranos con sus semejantes, porque así lo manda su amo, ese que los tiene de rehenes, igual la empatía ya no se lleva, puede estar pasada de moda, obsoleta, pero para esos valientes es una condición sine qua non.
Ser capaz de meterse en la piel de otro, es algo que solo se da en la condición humana, algo que nos distingue del resto de animales, y todo incapaz de empatizar y ayudar, tender la mano y acompañar al desvalido, a “ese” no se le puede llamar humano, si otros muchos calificativos, pero humano no.
Hay mil excusas para disfrazar esa inhumanidad, esa pérdida de moral, esa vileza de atacar al más frágil, pero son eso, excusas, todas las personas sabemos lo que está bien y lo que está mal, salvo algunos enfermos, recibimos y aceptamos desde muy pequeños ese tipo de enseñanzas; hay que respetar a los demás, hay que ayudar a quien lo necesita, en definitiva…hay que ser buen@
El problema es cuando el egoísmo, la envidia, la ambición entran en juego y esa persona, se aplica ese “hay que ser buen@” consigo mismo, porque se convence de un victimismo interesado y falso, para creerse que el/ella es el/la buen@ y que son l@s demás l@s que son mal@s contra sí y es por eso, que por justicia merece que le sea dado lo que ansía y además, que el resto no solo no es merecedor de ello, sino que debe ser castigado por indign@, en ese punto todo vale, ser ruin, despiadad@, vil, un carroñer@, que aprovecha el estado de indefensión del más débil, para despedazarlo, para tiranizarlo, porque no hay tiranía más despreciable que la de estos personajes que han sido subyugados y deben brindar pleitesía.
La valentía consiste en no escudarse en excusas, ni en egoísmo, sino en un sentido de la humanidad que al margen de sus propios intereses, de ser o no victima de la injusticia de turno, lo vive y lo sufre como propio, que se implican que también yerra pero sin perder su identidad.
 De eso se valen los buitres, de lo que parece un signo de rendimiento, pero que en realidad, no es ni más, ni menos, que humanidad, esa que algunos pierden por un plato de lentejas. Pero da la casualidad, que esa aparente flaqueza, es la fuerza que ayuda a seguir, que hace resurgir cual ave fénix, aún después de sufrir caídas, se aprende y se vuelve a levantar para seguir defendiendo la justicia social y humana.
Los trabajadores somos precisamente esa parte débil del engranaje social, los que con sus impuestos deben sostener el sistema, un sistema basado en un carácter social y generoso, para ser solidario con ancianos, niños y enfermos, algo bueno que parece que los políticos contemporáneos han desvirtuado, han dirigido a algo que quiere parecer…pero no es.
Un espejismo disfrazado de siglas socialistas y obreras, pero que ha perdido la identidad, que oprime al trabajador, que lo engaña y lo somete, que lo mira con desprecio y perdonándole la vida, con insolente desdén, como si fuera una hormiga a la que puede aplastar cuando le venga en gana, solo en época electoral, se disfraza de cordero para volver a ganarse la confianza del obrero, que es quien realmente tiene en sus manos, con un simple voto, la posibilidad de decir basta.

Realmente los trabajadores tenemos la obligación de despertar del letargo al que nos someten los medios de comunicación, guiada por el poder político, que nos enseña solo la parte que políticamente les interesa que veamos, nos ocultan las informaciones que nos pueden hacer cuestionarnos que podrían no estar diciendo toda la verdad y que quizá y solo quizá hay otras opciones, otra gama de colores que podría ser menos mala, o al menos diferente…una que si sea social y obrera, una en que sí merezca la pena confiar, una que no sea una mentira.