Entrevista a Miguel Ángel Beltrán,magistrado titular del juzgado de lo Social número 1 de Valencia:”Ningún juez va a admitir despidos de 20 días para contratar a otros empleados”
El magistrado titular del juzgado de lo Social número 1 de Valencia considera que la reforma laboral introduce la flexibilidad que necesitaba el mercado del trabajo, pero advierte de que los empresarios no van a poder abusar del despido con 20 días.
RAMÓN FERRANDO ¿La reforma laboral nos aproxima a
Alemania o a China?
No es ni una cosa ni otra. La idea de la reforma laboral es introducir el concepto de «flexiseguridad». Se intenta que exista flexibilidad en el empleo con posibilidad de prestaciones y de recolocación. Que no se vea el desempleo como un derecho de estar dos años cobrando sin trabajar sino como un tránsito a otro empleo.
Los asalariados perciben que solo se ha abaratado el despido.
Se ha abaratado el despido por la interpretación de las causas económicas, que antes era muy estricta. Había sentencias que casi hasta que la empresa no se hundía no se podía aplicar el despido por causas objetivas. Ahora se trata al despido como un mecanismo para que la empresa se pueda salvar. Lo más importante de esta reforma es, en mi opinión, que antes había un sistema de ocho horas de trabajo y la única solución cuando había una crisis era despedir. Ahora la ley permite pasos intermedios. Flexibiliza la movilidad funcional. Si una empresa tiene mucha gente en administración y le sobra personal en ese departamento se los puede llevar a producción. También facilita medidas intermedias como reducciones de jornada y suspensiones de contrato.
Los trabajadores tienen miedo porque piensan que los pueden echar fácilmente.
Se ha vendido esa idea, pero eso no es así. No se puede echar a la gente de cualquier manera. La ley da muchas salidas y el empresario no puede escoger solo la del despido.
Muchos trabajadores están preocupados porque ha quedado en manos de las empresas el decir que prevén tres trimestres de caída de ingresos y avalar el despido con veinte días. ¿Está justificada la preocupación?
Yo creo que no. Se toma demasiado literalmente. La ley permite despedir con tres trimestres de caídas de ingresos pero lo que no se tiene en cuenta es a cuántos. La empresa no puede pensar que puede tirar a todos los trabajadores antiguos a la calle y contratar a gente nueva. No. Eso no es razonable. El despido por causas objetivas no tiene como finalidad quitar trabajadores con antigüedades para contratar a empleados nuevos. Eso no lo va a admitir ningún juez.
Entonces ¿esos trabajadores sí que pueden recurrir?
Claro. El problema que se va a plantear es que ahora hay varias medidas como la movilidad o la reducción de jornada y el empresario tiene que elegir la mejor. Tiene que acreditar cuál es la más razonable desde el punto de vista empresarial.
¿Cuál es el derecho más importante que han perdido los trabajadores con esta reforma laboral?
Pueden ser los derechos de negociación colectiva ya que podían generar más presión y los salarios de tramitación.
Para que los lectores lo entiendan. ¿Qué son los salarios de tramitación?
El empresario tenía antes la obligación de pagar parte de los salarios desde la fecha del despido hasta la notificación de la sentencia en el caso de los improcedentes. Suponía castigar con una indemnización al empresario por una cuestión que no dependía de él.
Hablando de esos salarios de tramitación. ¿Qué pasa con las personas que presentaron la demanda hace meses y el juez la va a resolver ahora que está en vigor la reforma laboral?
Hay un problema porque la ley no pone norma transitoria. Algunos juzgados de León han dicho que hay que fijarse cuando se resuelve. En Valencia hemos llegado a la conclusión de que los derechos derivados del despido se generan en el momento en el que se produce no cuando se resuelve el pleito.
De media ¿cuánto era ese salario de tramitación?
De media entre el despido y la sentencia eran unos 150 días que sumaban a la otra indemnización.
Da la sensación de que la reforma ha sido un chollo para las empresas. ¿Es eso así?
La reforma reduce las cantidades. Yo no lo llamaría chollo sino que da seguridad jurídica. Es un arma de doble filo porque impone flexibilidad a los trabajadores y a los empresarios. No es admisible que hace cuatro años con pleno empleo hubiera dos millones de personas en las listas del paro.
¿Y por qué se producía esa situación?
Eso lo han dicho algunos políticos. Tenemos un sistema de desempleo muy bueno. Lo que no es comprensible es que hubiera gente cobrando el desempleo y que vinieran inmigrantes.
¿Hay algún país europeo que se acerque a las tasas de desempleo de España?
Creo que el único que se le acerca un poco es Italia. La situación de España en el mercado laboral es muy rara. No puede ser que en épocas de crisis en Alemania tengan las tasas de desempleo que nosotros tenemos en épocas de bonanza. Algo falla, pero eso son cuestiones políticas y nosotros lo que hacemos es aplicar la ley.
¿Puede la reforma laboral ser un reclamo para que las multinacionales se instalen en España?
Yo creo que sí. Las multinacionales buscan sobre todo la seguridad. Ahí es importante la pérdida de los salarios de tramitación.
¿Cómo se pueden defender los trabajadores cuando se les despide?
Acudiendo a los tribunales.
¿Han detectado ya en el juzgado un incremento de las demandas de despido desde la entrada en vigor de la reforma laboral?
No se han notado. Todavía es muy pronto para saber los efectos. Es necesario esperar unos meses para ver la evolución.
¿Qué mecanismo hubiera introducido en la reforma para que fuera más eficaz?
Yo habría introducido más sistemas de seguridad como formación de los desempleados. Se ha demostrado que las políticas activas de empleo no son buenas. Hay que formar.
¿Se ha traspasado alguna línea roja?
Es muy opinable. Se han restringido muchos derechos. Prefiero no pronunciarme sobre ese punto.
¿Servirá para crear empleo?
Algunos estudios dicen que en el futuro servirá para crear un 10%. Yo creo que ahora es difícil. Aquí hace falta que fluya el crédito y que se anime el mercado de consumo.
¿Cómo han quedado los sindicatos con las nuevas reglas del juego?
La reforma está pensada para que el poder de decisión de las cuestiones laborales se aproxime a la empresa y se aleje de los convenios colectivos. Lo que busca la nueva legislación es que donde está el problema se solucione, pero los sindicatos han perdido fuerza.
No es ni una cosa ni otra. La idea de la reforma laboral es introducir el concepto de «flexiseguridad». Se intenta que exista flexibilidad en el empleo con posibilidad de prestaciones y de recolocación. Que no se vea el desempleo como un derecho de estar dos años cobrando sin trabajar sino como un tránsito a otro empleo.
Los asalariados perciben que solo se ha abaratado el despido.
Se ha abaratado el despido por la interpretación de las causas económicas, que antes era muy estricta. Había sentencias que casi hasta que la empresa no se hundía no se podía aplicar el despido por causas objetivas. Ahora se trata al despido como un mecanismo para que la empresa se pueda salvar. Lo más importante de esta reforma es, en mi opinión, que antes había un sistema de ocho horas de trabajo y la única solución cuando había una crisis era despedir. Ahora la ley permite pasos intermedios. Flexibiliza la movilidad funcional. Si una empresa tiene mucha gente en administración y le sobra personal en ese departamento se los puede llevar a producción. También facilita medidas intermedias como reducciones de jornada y suspensiones de contrato.
Los trabajadores tienen miedo porque piensan que los pueden echar fácilmente.
Se ha vendido esa idea, pero eso no es así. No se puede echar a la gente de cualquier manera. La ley da muchas salidas y el empresario no puede escoger solo la del despido.
Muchos trabajadores están preocupados porque ha quedado en manos de las empresas el decir que prevén tres trimestres de caída de ingresos y avalar el despido con veinte días. ¿Está justificada la preocupación?
Yo creo que no. Se toma demasiado literalmente. La ley permite despedir con tres trimestres de caídas de ingresos pero lo que no se tiene en cuenta es a cuántos. La empresa no puede pensar que puede tirar a todos los trabajadores antiguos a la calle y contratar a gente nueva. No. Eso no es razonable. El despido por causas objetivas no tiene como finalidad quitar trabajadores con antigüedades para contratar a empleados nuevos. Eso no lo va a admitir ningún juez.
Entonces ¿esos trabajadores sí que pueden recurrir?
Claro. El problema que se va a plantear es que ahora hay varias medidas como la movilidad o la reducción de jornada y el empresario tiene que elegir la mejor. Tiene que acreditar cuál es la más razonable desde el punto de vista empresarial.
¿Cuál es el derecho más importante que han perdido los trabajadores con esta reforma laboral?
Pueden ser los derechos de negociación colectiva ya que podían generar más presión y los salarios de tramitación.
Para que los lectores lo entiendan. ¿Qué son los salarios de tramitación?
El empresario tenía antes la obligación de pagar parte de los salarios desde la fecha del despido hasta la notificación de la sentencia en el caso de los improcedentes. Suponía castigar con una indemnización al empresario por una cuestión que no dependía de él.
Hablando de esos salarios de tramitación. ¿Qué pasa con las personas que presentaron la demanda hace meses y el juez la va a resolver ahora que está en vigor la reforma laboral?
Hay un problema porque la ley no pone norma transitoria. Algunos juzgados de León han dicho que hay que fijarse cuando se resuelve. En Valencia hemos llegado a la conclusión de que los derechos derivados del despido se generan en el momento en el que se produce no cuando se resuelve el pleito.
De media ¿cuánto era ese salario de tramitación?
De media entre el despido y la sentencia eran unos 150 días que sumaban a la otra indemnización.
Da la sensación de que la reforma ha sido un chollo para las empresas. ¿Es eso así?
La reforma reduce las cantidades. Yo no lo llamaría chollo sino que da seguridad jurídica. Es un arma de doble filo porque impone flexibilidad a los trabajadores y a los empresarios. No es admisible que hace cuatro años con pleno empleo hubiera dos millones de personas en las listas del paro.
¿Y por qué se producía esa situación?
Eso lo han dicho algunos políticos. Tenemos un sistema de desempleo muy bueno. Lo que no es comprensible es que hubiera gente cobrando el desempleo y que vinieran inmigrantes.
¿Hay algún país europeo que se acerque a las tasas de desempleo de España?
Creo que el único que se le acerca un poco es Italia. La situación de España en el mercado laboral es muy rara. No puede ser que en épocas de crisis en Alemania tengan las tasas de desempleo que nosotros tenemos en épocas de bonanza. Algo falla, pero eso son cuestiones políticas y nosotros lo que hacemos es aplicar la ley.
¿Puede la reforma laboral ser un reclamo para que las multinacionales se instalen en España?
Yo creo que sí. Las multinacionales buscan sobre todo la seguridad. Ahí es importante la pérdida de los salarios de tramitación.
¿Cómo se pueden defender los trabajadores cuando se les despide?
Acudiendo a los tribunales.
¿Han detectado ya en el juzgado un incremento de las demandas de despido desde la entrada en vigor de la reforma laboral?
No se han notado. Todavía es muy pronto para saber los efectos. Es necesario esperar unos meses para ver la evolución.
¿Qué mecanismo hubiera introducido en la reforma para que fuera más eficaz?
Yo habría introducido más sistemas de seguridad como formación de los desempleados. Se ha demostrado que las políticas activas de empleo no son buenas. Hay que formar.
¿Se ha traspasado alguna línea roja?
Es muy opinable. Se han restringido muchos derechos. Prefiero no pronunciarme sobre ese punto.
¿Servirá para crear empleo?
Algunos estudios dicen que en el futuro servirá para crear un 10%. Yo creo que ahora es difícil. Aquí hace falta que fluya el crédito y que se anime el mercado de consumo.
¿Cómo han quedado los sindicatos con las nuevas reglas del juego?
La reforma está pensada para que el poder de decisión de las cuestiones laborales se aproxime a la empresa y se aleje de los convenios colectivos. Lo que busca la nueva legislación es que donde está el problema se solucione, pero los sindicatos han perdido fuerza.