Más en positivo, ya lo vimos ayer en la Asamblea…nada que objetar la asistencia a la misma deja todo dicho. Podríamos estar flagelándonos las espaldas y maldiciendo en arameo antiguo, pero no llegaríamos a ninguna conclusión positiva.
Analizar la situación
desde un prisma positivo requiere de un ejercicio de autocontrol bastante
elevado y aun así queremos dar una vuelta al asunto…¿Qué está ocurriendo para
que hayamos llegado a este nivel de conformismo?...¿de verdad queremos dejar en
manos ajenas y sin control nuestro futuro laboral, social y económico?...¿que
se podría hacer para voltear la situación?
Sin duda esas preguntas
requieren de un análisis, al menos en parte.
Llegar a este nivel de
conformismo quizás tenga el origen en el haber alcanzado un nivel social,
económico y laboral más que aceptable, sin grandes reivindicaciones o
reivindicaciones históricas por cubrir. Alcanzar en 2016 esos objetivos y que
para alcanzarlos tuviésemos que pelearlos de manera constante desde 2004 quizás
haya supuesto en los trabajadores la falsa creencia de que todo está hecho…que
son merecedores del descanso del guerrero esos que lucharon y del vivir de las
rentas los que han llegado a la empresa en unas condiciones inigualables en
todo el país hasta 2016…no es lo mismo perder un bollo cuando tienes cuatro más
para comer, que perderlo cuando es lo único que tienes para llevarte a la
boca…no es lo mismo que suba cinco céntimos el pan cuando tienes buenos
ingresos que cuando cada céntimo es vital para tu economía.
La segunda pregunta es
más compleja de responder, porque estamos convencidos de que todos queremos ser
dueños de nuestro destino, pero también hemos viajado antaño en transporte
público y hemos dejado nuestra vida en manos de personas que previamente habían
tomado varias copas de coñag o de aguardiente…eran otros tiempos y a pesar de
los accidentes, seguíamos subiéndonos en esos transporte porque no había
otro…ahora quizás y manteniendo la distancia sin pretender ofender o tachar a
nadie de alcohólico…puede ser que prefiramos confiar nuestro futuro laboral a
personas cuyas capacidades no son las más idóneas para realizar los cometidos
para los que han sido elegidos.
La tercera es tan simple
que quizás se convierta en la más difícil de llevar a acabo…sencillamente hacer
el “esfuerzo” de tomar las riendas… de informarse...de participar…sencillo y difícil a
la vez…porque en esta ocasión no podemos ofrecer soluciones a quien no quiere
estas…no depende de terceros, ni de sindicatos malos o de sindicatos buenos, de
que te cuenten o te digan, solo depende que querer…y cuando no se quiere se
encuentran excusas a miles…todas validas…para uno, pero discutibles para el
futuro de ese uno.
Poco más…decir que
cuando se quiera quizás no haya nadie que lo haga…volvamos a comer un bollo
para cuatro, al día, a jugárnosla en transporte con personas en estado ebrio a
su cargo o en el mejor de los casos recordemos que si hubiésemos participado en
su momento, a lo mejor habría, llegado el caso, quienes quisiesen seguir
estando…en definitiva; cada acción tiene sus consecuencias…y sus
responsables…por mucho que miremos o culpabilicemos al de al lado de nuestras
acciones u omisiones…la consecuencia te caerá encima…y ya ha empezado.