En demasiadas ocasiones tendemos
a minusvalorar acciones que, viniendo de personas, cargos u organizaciones de las
que estamos pocos o nada acostumbrados a verlas en esos papeles, son positivas
en su justa medida para una mayoría.
Es cierto que tener un espíritu crítico
y acostumbrarse a ver más allá de cuatro palmos delante de nuestras narices es
lo que esta sociedad necesita, pero no es menos cierto que hay que saber sacar
provecho de las acciones que los supuestos enemigos sociales realizan en
positivo, por mucho que recelemos de ellas.
Hace no mucho tiempo leímos a un compañero
hablar de la sujeción de un determinado líder sindical a lo que sus bases
decidan…y como siempre matamos moscas a cañonazos con incongruencias genéricas.
Si se apuesta por un modelo participativo y asambleario hay que mantener ese
discurso contra viento y marea, es más, llevarlo a la práctica. Las criticas no
modifican el sistema pero los hechos y la información si lo hacen, aunque esta explicación
solo la entiendan los que no esperan nada a cambio, es decir, los que ven en
los movimientos sociales una herramienta de defensa global y no una escalera
para alcanzar un hueco en el sistema contra el que, a priori, se pretende
luchar.
Incidimos en que la lucha hay que
basarla en la generación de conciencia, en la positividad, y no en plasmar en
negativo todas las acciones, incluso las positivas, de los enemigos,
simplemente aprovechar cualquier “colaboración” de estos, eso sí, estando
vigilantes…con visión de largo recorrido.
Todo lo anterior lo podemos
resumir en una metáfora que situaremos en los antiguos recreativos..¿Recordáis
aquel videojuego de la pelotita, la paleta y el frontón de ladrillos?...seguro
que sí, veréis…no existía ningún arma que nos permitiese destruir la pared de
un solo envite…vaya esta apreciación de entrada. Con pequeños golpes de bola íbamos
destruyendo el muro, muro que a medida que pasaban las fases se volvía más duro
o con más elementos difíciles de destruir, aunque eso era directamente
proporcional a las armas que no iban ofreciendo para conseguir acabar todas las
fases…¿pero todas las armas teóricamente positivas nos las ofrecían en nuestro
beneficio?..Está claro que llevaban gato encerrado…¿ladrillo que convertía la
bola en tres bolas?...!!joder!!, en un principio creíamos que a ese ritmo acabábamos
la pantalla en un santiamén…la realidad es que era un mecanismo de despiste que
incidía en nuestra codicia y ansia de ensañamiento haciéndonos perder las bolas
antes de tiempo…solo la gestión paciente y efectiva nos hacia hacerla efectiva,
eso era estar pendiente siempre de una bola y aprovechar el resto sin poner en
riesgo la partida final.
En el ejemplo anterior comprobamos
que la organización efectiva nos lleva incluso a aprovechar las armas que el
sistema pone en nuestras manos. Los
grandes sindicatos organizan una manifestación contra el gobierno y que “casualmente”
coinciden con la campaña de las europeas….!!pues nada chico!!...se asiste
teniendo claro que hay que diferenciarse de ellos en su propia manifestación y
que se visualice a quienes representan unos y quienes representamos a la mayoría
social del pueblo…al fin y al cabo el objetivo a corto no son las organizaciones
sociales “deformadas”, a estas hay que cambiarlas desde las bases, el objetivo
es un gobierno que ha desmantelado un sistema de protección social que costo
muchas vidas construir…es decir, nos dan una bola mas para destruir el muro…aprovechémosla
sin que esta bola nos destruya…no importa que ellos no apoyasen las nuestras,
al fin y al cabo ponen en nuestras manos una herramienta más y las diferenciación
física de unos y otros en sus “movilizaciones” dejara claro, a quien
corresponda, cual es el poder real que cada cual tiene, referido poder a
capacidad de movilización social e incluso política…¿creéis que el poder económico
apoyara a quien no tiene capacidad de movilización o de control de las
masas?...ahí está la historia…aprovechemos lo vivido para sacar partido por el
bien común.
Si trasladamos esto a un plano más entendible podemos decir que esto sería comparable a el panorama sindical de Tussam…unos tenemos una capacidad de movilización, por encima de los votos recibidos y otros tiene una representación por encima de su capacidad de movilización…de ahí que hay que incidir en que las bases tomen conciencia de lo que hay y actuar…o llegara el momento que el sistema clientelar se coma nuestra capacidad de reacción y nos encontremos con algo similar a lo que está pasando en la calle.