Hace unos días leíamos un
artículo en el que una cierta parte de la patronal se quejaba de que el coste
de las infraestructuras tenían que soportarlo ellos mientras que Renfe
financiaba los billetes del Ave que pasaban a tener un precio por debajo del coste.
De paso daban un repasito a la estrategia montada por la patronal en relación
ya que estamos a los nuevos inventos de estos (vía CEOE) para recortar los
derechos de los trabajadores y pagar menos al estado en relación a las
aportaciones patronales, invento al que han dado el nombre técnico de
Flexiseguridad.
Si analizamos las situaciones en todo su contexto podemos apreciar la queja
realizada la hacen en unos tiempos en los que se les ha acabado los abusos a la
hora de cobrar por sus servicios, y es sospechosamente sospechoso que sea ahora
cuando lleva funcionando casi 12 años la Alta Velocidad en España ¿antes no
tenían que para tasas? ¿o es que el margen de ganancias superlativo que han
tenido durante tantos y tantos años no le son suficientes?
Como es habitual, la patronal, pretende que los estamentos públicos
subvencionen su margen económico en estos momentos de crisis, para que ellos no
tengan que poner en riesgo su patrimonio personal. Es fácil ser empresario
privado y estar en contra de ayudas o empresas estatales en tiempos de bonanza
económica y cambiar 180º en discurso sin ningún tipo de rubor ni vergüenza,
cuando los tiempos no les permiten exprimir el consumismo de esos a los que
después pretenden hacer “pagaches” de sus privilegios.
Si hablamos de la Flexiseguridad nos encontramos con una nueva petición de
flexibilización de los despidos y una rebaja de las cuotas patronales a la
seguridad social ¿a cambio de que? Como siempre de nada. Si es verdad que
pretenden reactivar la economía y el mercado, tendrían que plantear soluciones
que se aplicasen en casos especiales y solo a las empresas que sometan sus
contabilidades al control de la administración, es decir, podríamos encontramos
con que las contrataciones tendrían una aplicación de “X” días de despidos en
casos de especial singularidad, referidos a contratos de nueva creación y con
un periodo de carencia en relación al control económico, y de una penalización
en casos en los que no se den esas circunstancias.
Es evidente que eso no les interesa, como no les interesa crear un fondo de
garantía exclusivamente empresarial y del que se complemente la diferencia
entre lo que cobraría un trabajador en caso de despido de “especial
circunstancia” y lo que debería cobrar en realidad. Este planteamiento se
realiza desde la misma perspectiva que ahora solicitan los empresarios al
estado, solidaridad, pero de manera diferente ya que serian estos empresarios
los que, entre ellos, se solidarizarían para hacer viables las empresas en
cierto riesgo, sin merma en sus resultado de cuentas ya que las aportaciones en
relación a los despidos seria mínima si en realidad lo que pretenden es no
despedir a coste cero y si busque reconstruir el tejidos empresarial perdido en
tiempos de crisis.