Hay un refrán muy español que dice: Quien a hierro mata, a
hierro muere…aunque no es muy acertado utilizarlo, es muy fácil que el opresor
se vea algún día sorprendido porque el oprimido reacciona, con las armas que
tiene a su alcance, contra la opresión virulenta ejercitada hacia estos.
Los instruidos tienden a utilizar el término “violencia” según
les viene en gana, es decir, cuantifican el nivel de violencia de la misma
manera subjetiva que el ciudadano de a pie, es decir, te toca a ti quieren el máximo
castigo para el responsable olvidando que a lo mejor el responsable ha
reaccionado así por en defensa propia.
La violencia está catalogada de multitud de maneras. Podemos
encontrar valoraciones
generales que nos pueden hacer entender muchas reacciones que, a nuestro
modo de ver, son demasiado pocas para el nivel de violencia estructural que
soporta la sociedad española actual.
En estos días hemos asistido con estupor a un asesinato de
una mujer vinculada con la política, da igual del partido que sea, pero nos sorprende
más si cabe la reacción de muchos políticos, desde la suspensión de actos hasta
la solicitud de limitar la libertad de expresión en las redes…¿acaso habéis escuchado a los políticos de
los grandes partidos proponer medidas contra los desahucios, contra los
despidos en empresas con beneficios, contra los recortes en sanidad que está
matando indirectamente a las personas, contra los recortes en educación que
cercena el futuro de la juventud, contra los recortes en materia de asistencia
social que condena al confinamiento permanente a enfermos, minusválido y
personas dependientes, a los robos de las tarifas de la luz, contra las
agresiones policiales injustificadas? Pues no, está claro, ellos intentando
instaurar el derecho de pernada y los violentos son los que se defienden.
Demasiada violencia estructural y demasiada suerte están teniendo
los agresores por la poca reacción de los agredidos.
Está claro que no vamos a fomentar ninguna de las violencias,
pero si vamos a condenar la violencia estructural por encima del derecho a la
defensa propia, pero sobre todo cuando, como está sucediendo, no dejan otra
salida….imagina que eres un activista de la defensa de los animales y un oso te
persigue forzándote a entrar en su cueva sin salida. De pronto el oso entra en
la misma con la intención de matarte…¿Qué haces?...¿dejas que te mate porque
tus amor a los animales está por encima de tu vida?...¿conectas el modo amígdala
en fase de ataque?...¿te pones a razonar con el animal?...Está claro, el oso es
más grande y fuerte que tu, pero quieto no te quedarías…pues eso con 20
personas al día 365 días al año…al final se mata al oso…..o el oso es listo y
deja de perseguir gente a callejones sin salida.