Muchas veces se tiende a criticar a los sindicatos o las
sindicalistas como la medida más fácil de tapar las propias carencias
personales del que critica, aunque en muchas ocasiones, demasiadas diríamos,
esas críticas están plenamente justificadas.
Lar organizaciones con mayor implantación en el ámbito nacional
utilizaron hace unos años la formula de crear supuestas escisiones de corte
revolucionario que acaparase a los desencantados o desinformados que huían,
asqueados, de las organizaciones nodrizas.
Esa técnica fue utilizada en la empresa Casal por un
sindicato de corte anarquista, empresa en la que, bajo un paraguas de liberador
de masas, mandaron un embajador en cubierta cuya única misión era la de eliminar
del panorama sindical d esa empresa a nuestro sindicato. Casualmente ese
sujeto, que no trabajaba en Casal, se acerco mucho al costal del empresario e
implanto a un sindicato satélite que actualmente y conjuntamente al sindicato “desaparecido
en Tussam”, se han convertido en fiel ejecutores de las instrucciones de la
empresa…Una farsa con un objetivo de eliminar a quienes plantaban cara a la
empresa….ASC.
En el ámbito más genérico se sucedieron varios conatos de
organizaciones satélites, supuestamente independientes, auspiciados bajo
nomenclaturas pomposas de uniones de Comités de Empresa y que emanaban de
sectores cercanos a organizaciones político sindicales más cercanas al
comunismo….no olvidamos que el sindicato “non nato en Tussam y por dos ocasiones
consecutivas” aplico esta técnica para perpetuar un modelo, modelo ya estéril, en
nuestra empresa y no cabe duda que lo ha conseguido.
En ambas ocasiones se ha dejado patente que cuando consiguen
el objetivo se convierten justamente en lo que critican y cuando no lo consiguen se diluyen
en el más absoluto de los ostracismos.
Estas prácticas están encaminadas a no perder poder y las
ponen en marcha cuando acciones pasadas les han restado ya todo el crédito posible,
vendían radicalismo para llegar y aplicaban sumisión una vez llegados, buscando
con ello la aglomeración de todos los desencantados, reales o no, en un grupo supuestamente radical manejado por
los hilos de ellos mismos, la técnica de los vasos comunicantes.
Nosotros no vamos a
decir que los desencantados no lleven razón, seguramente sí, pero sin lugar a
dudas creemos que el fallo esta , sobre todo, en las organizaciones, que sería más ético y
moral que esas organizaciones utilizasen los recursos para adaptarse a las
exigencias de sus representados antes que utilizar esos recursos para perpetuarse
en un poder relativo, insustancial y artificial carente del mínimo fondo ideológico.
No vamos a dejar de realizar la crítica, aunque leve, a los
representados. Estos deberían de ser los que con sus aportaciones, criticas,
reivindicaciones y exigencias marcasen el paso a los miembros al frente de las
organizaciones en las que militan. Eso se hace desde la participación, desde el
compromiso, desde la lealtad…Sería ilógico confiar en alguien que exige una
determinada línea si ese alguien no es capaz de pregonar con el ejemplo, si
critica acomodo desde el acomodamiento, demagogia desde la demagogia y apaga
las velas que pretenden darle la luz que reclama.
En esto último está la clave y los demagogos lo saben,
hay pocas personas que están dispuestas, a nivel general, a hacer el esfuerzo de participación. En ASC tenemos la convicción, como ya nos habéis
demostrado, que los afiliados y simpatizantes de nuestra organización os sobra de eso…esperamos que así siga siendo y nos peguéis tirones de orejas cuando las
cosas no marchen como exigís y que cuando machen bien también nos incitéis a
mejorar aun mas….eso sí, nos gustaría que a cambio estuvieses ojo avizor para,
de manera activa y contundente, detectar, contrarrestar y eliminar a los
enemigos demagogos infiltrados en nuestro bando , el bando obrero....!!tu eres el sindicato!!