domingo, 2 de febrero de 2014

EL DÍA DESPUÉS...

Hoy es de los días en que la inspiración no está precisamente muy presente, aun así vamos a realizar nuestra entrada reflexiva centrándonos en lo que menos se ve.
Habitualmente cuando se realizan elecciones de algún tipo, una vez conocido el resultado, se tiende a no echar mucha cuenta a las actuaciones de los concurrentes. El concurrente ganador tiene varias formas de actuar aunque podríamos resumirlas en dos; Seguir actuando en función de su programa o adaptar el cumplimiento de su programa a los tiempos electorales.
En la primera opción, la que debería de ser la tónica habitual, el concurrente no juega con los tiempos, deja que los electores valoren la trayectoria completa y el grado de cumplimiento del programa, además no le importa tener que tomar decisiones menos populares en los últimos tramos de legislatura. Es la confianza en un proyecto y la confianza en que los electores sabrán valorar la trayectoria general y no hechos puntuales, en definitiva seria la opción más honesta si los electores analizasen la citada trayectoria.
En la segunda de las opciones, el concurrente, actúa en tres fases; la primera de euforia y de saborear las mieles del triunfo, de cigarra. Un segundo tiempo en el que empieza la preparación para que los resultados más populistas afloren en la tercera. Por último, la fase en la que se desviven en actuaciones de cara a la galería y venden los logros, precocinados en la segunda fase, como salvoconducto de una nueva victoria electoral.
Las actuaciones de los grupos opositores tienen las mismas dos pautas pero a la inversa y atacando al contrario.
Existe una tercera fase que requiere más esfuerzos a todos, electores, elegibles y opositores. Es una fase en la que se trabaja al cien por cien desde que se inicia el periodo de gestión hasta que se termina, una fase que no entiende de tiempos electorales pero que si los trabaja de una manera contundentes, una fase en la que prima el interés común y que queda claramente expuesta a que los electores realicen un esfuerzo de análisis contextual de todo el periodo legislativo y no de puntuales acciones espectaculares.
Es cierto que esta fase es más compleja, pero que a nuestro juicio es la más completa por dos motivos; Evita en los elegidos cualquier atisbo de relajación y por otra parte requiere del esfuerzo del elector en estar al tanto de los elegidos, fomentando con esto el compromiso y la participación de los mismos.
Para terminar, como es habitual, os invitamos a que trasladéis todo esto al ámbito sindico-político que nos rodea, es decir, Ayuntamiento-sindicatos. En ese contexto podréis detectar fácilmente quien o quienes son los que utilizan las diferentes fases o etapas que hemos definido, refiriéndonos siempre a electores y elegidos, pero como dato concreto y para que nos podáis situar más cercanos a uno de los modelos basta con analizar él porque somos el sindicato con mayor capacidad de movilización del ámbito de Tussam si casi el 95% de la afiliación se centra en un solo colectivo…!!Exato!!...Por tu compromiso como afiliado y simpatizante…por tu confianza en nuestro trabajo diario…está claro que sin esto estaríamos llamados a la desaparición y con ello la desaparición del equilibrio sindical en Tussam…sin ambos retrocederíamos a las décadas de los 80 y 90…afortunadamente, en Tussam, tenemos que decir a los votantes…!!TU SI QUE VALES!!