Cuando vemos la cantidad de hipocresía que se encuentra tras los políticos y periodistas, nos entran ganas de vomitar.
Cuando se cumplen 125 años del nacimiento Blas Infante, calificado por muchos como el padre de la patria andaluza, podemos observar como los principales periódicos y los políticos de turno se pasan y repasan por parecer más que el de al lado.
Leer un resumen de un artículo publicado por Blas Infante en el que se habla de sobre explotación y dignidad humana, se contrapone con lo que los periodista y políticos hace en la visa cotidiana donde estos últimos criminalizan a los que cobran un salario digno y tienen unas condiciones laborales adecuadas en pos de sus intereses bastardos, que nada tiene que ver con la humanidad que proclamaba el llamado padre de la patria andaluza.
En una entrevista a la hija del ilustre, comenta que los más destacable de la personalidad de este era la humanidad y la bondad, podéis comprobar que de estos dos adjetivos no casan en nada con los colectivos aludidos anteriormente, especialmente con el Alcalde y el Presidente de la empresa.
Es esa entrevista se indica que la situación de los andaluces hace poco menos de cien años eran similares a las de los esclavos retratados en series americanas, a los que se trataban prácticamente como si fuesen ganado, cuestión que interesa que no se conozca para que los jóvenes no se percaten que estamos involucionando hacia esa situación, sobre todo cuando se demoniza situaciones laborales con ciertas mejoras en vez de ser el espejo de un estatus al que todos los trabajadores tendríamos que tener derecho de alcanzar.
En esa misma entrevista se hace hincapié a la capacidad de trabajo, capacidad que jamás se pone de manifiesto cuando se habla de trabajadores funcionarios o de empresas públicas, a los que no se reconocen los sacrificios extra laborales que realizan los mismos y solo de publicita los desplantes de los funcionarios de ventanilla, eso del “venga usted mañana” que tanto daño hacen a las otras mayorías de profesionales que realizan sus tareas con la más absoluta seriedad.
Para no entrar en la hipocresía de estos sujetos, y no catalogar a todos los periodistas de pesebreros y sumisos, ni a todos los políticos de corruptos y sinvergüenzas, hemos de decir que aun existen personas que se dedican a esas vilipendiadas profesiones y que no son sinónimos de los adjetivos mencionados…aunque lamentable o afortunadamente, según se mire, están en al anonimato o pertenecen a sistemas independientes….en honor a la verdad hemos de decir que los que antaño eran referentes del descaro y la verdad son a día de hoy referentes de la más rancia y casposa casta de represores, opresores y sumisos…..cosas del aburguesamiento.