lunes, 30 de junio de 2014

ACOSO MEDIATICO

En varias ocasiones explicamos, allá por el año 2007, como los medios de comunicación se pliegan a los poderes políticos dada la carga de servidumbre que estos últimos tienen hacia los grupos económicos de poder.
En estos días vemos como la prensa se ensaña con todo colectivo que proteste contra el Ayuntamiento, lo mismo que hacia el Monteserrin en su época.
Ponemos el ejemplo de la policía local a las que se le está haciendo un marcaje al hombre desde que empezaron a enfrentarse con los políticos de turno.
Hace unas semanas empezaron con el tema del reglamento y hoy vienen en prensa el tema de las irregularidades en las oposiciones. Independientemente de que sea verdad o no, cuestión que toca valorar a los jueces, es extraño que un sumario que lleva más de un año abierto, se vuelva susceptible de ser noticia relevante con un “está a punto de cerrarse”.
No cabe duda que la lectura de la noticia produce cierta confusión al magnificar las siglas sindicales para dejar en un segundo plano la relación de los altos cargos en la presunta corruptela.
Es evidente que la relación entre este tipo de noticias y el aumento de la actividad sindical está más que demostrada, es por ello que no sería de extrañar que si, llegado el caso, tenemos que realizar una ofensiva, nos encontraríamos presumiblemente con una oleada de asuntos manipulados que será utilizado por los medios de comunicación como arma arrojadiza para defender los intereses de sus mecenas.

Los avisos que realizamos sobre determinadas cuestiones no dejan de ser nada más que eso, avisos, pero muy susceptibles de convertirse en realidad dado que en este país no solo hace falta una regeneración política y sindical, es muchísimo más importante una regeneración periodística que, en definitiva,  no son más que los altavoces que deberían poner en jaque a los sujetos que desde el sistema se aprovechan del mismo. Lamentablemente no existen demasiados periodistas íntegros y lamentablemente también ello es un espejo de la degeneración que han sufrido las personas que se dedican a gestionar lo publico.