martes, 19 de julio de 2011

DE COMENTARIO A ENTRADA

Hay personas y pensamientos que te reconcilian con el género humano. A mí me han reconciliado con el periodismo unas palabras de Iñaki Gabilondo que despidió la temporada de los informativos que dirige con una reflexión apabullante por su sentido común y su cristalina sencillez para explicar la verdad sobre nuestra democracia: que es una mentira… No se puede explicar más claramente esta injusta, atroz y lamentable paradoja: el sistema que ha sumido al mundo entero en una crisis salvaje se impone ahora salvajemente como solución a los problemas que ha creado. Esto es como pedirle al cáncer que nos cure de un tumor. Pedirle a la dictadura que nos haga libres. A ellos no podemos ni debemos pedírselo. Pero sí debemos pedirle a la izquierda que reaccione, al gobierno socialista que deje de actuar como un partido liberal, a los partidos liberales que dejen de reírse de nosotros y de autoproclamarse “partido del pueblo”. Debemos exigirle a los sindicatos que no den tregua al capital, ni a ninguno de sus aliados aunque se llamen a sí mismo izquierda, debemos pedirle a la patronal que se calle, que nos devuelve los días de indemnización que nos ha quitado, que deje de contratar miserablemente. Y debemos pedirle a los políticos que nos devuelvan su voto: si estamos en una dictadura y quien manda es el mercado, es evidente que ellos no sirven para nada y deberían tener la decencia moral de devolvernos nuestro voto. El voto que les dimos para ejercer su labor democrática, para servir a los ciudadanos, para garantizarles los logros y ayudas sociales que tanto tiempo costó conseguir. Y a nosotros mismos debemos exigirnos no callar ni dejar que nos callen… Y, sobre todo, intentar seguir siendo felices, a pesar de que la coyuntura económica nos asfixia cada vez más. La crisis es la culpable, en buena medida, de la insatisfacción ciudadana. Merma la felicidad de todos. Aquí en la carnicería, a pesar de nuestra lógica y normal tendencia hacia la carne y la víscera, hoy nos preocupa vuestro estado existencial, incluso espiritual. Vuestra felicidad. Hemos leído la siguiente información extraida de un informe del Instituto Gallup, recién publicado por la revista Forbes: "España es uno de los países más infelices de Europa". Han encuestado a miles de personas de 155 países entre 2005 y 2009. Le han preguntado por su nivel global de satisfacción en la vida y, luego, por el bienestar a corto plazo con preguntas como: ¿Está contento? ¿Ha descansado bien? ¿Se siente valorado? ¿Ha tenido algún problema últimamente? Cruzando todos esos datos han dicho que los españoles, en cuanto a felicidad, estamos en el puesto 43 del ránking mundial. Y en concreto, respecto a otros países europeos, ocupamos la posición 17 de un total de 21 países. Son más infelices que nosotros: Francia, Grecia y, después, están las nuevas repúblicas aún por consolidarse, como Kosovo o Croacia. Los ciudadanos más felices: los de los países más ricos, como Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia y Holanda, por este orden. Por eso, nos ponemos reflexivos y te preguntamos: ¿ERES FELIZ? ¿QUÉ COSAS TE HACEN FELIZ? ¿QUÉ ES LO QUE TE DA LA FELICIDAD?¿CUÁL ES TU CONCEPTO DE FELICIDAD? ¿Comerte un bocata de mortadela en el campo? ¿Un momento de relax alejado del mundanal ruido? ¿Un masaje en los pies? ¿El final del Debate sobre el Estado de la Nación? ¿O, simplemente, vivir tranquilo? IÑAKI GABILONDO