viernes, 8 de abril de 2011

El látigo sobre las espaldas de los trabajadores

Mientras tertulias y periódicos se enzarzan en infinitas disquisiciones sobre bicefalias y provisionalidades, el Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, aquel rebelde que acudía a manifestaciones sindicales, insisten hasta la náusea en que hay que ligar salarios y productividad, y que deberemos soportar lustros de moderación salarial. Y más reforma laboral, claro. Como Botín. Todo ello con el silencio ominoso del PSOE.
¿Pero hasta dónde nos quieren machacar y humillar? La pobreza con berbiquí y mazazos. Hasta que nos rindamos más.
Nunca se les ocurre decir que hay que repartir la riqueza con más equidad. Nunca se les ocurre decir que el Estado será implacable con el fraude, solo arreglitos. Nunca se les ocurre decir, minucia simbólica, que se van a suprimir o casi los 30.000 coches oficiales que hay en España. O los más de 100.000 teléfonos móviles y gastos de facturas pagados por el Estado a funcionarios distinguidos. Ni que no se va a apoyar a más Cajas o Bancos que no ofrezcan créditos por el mismo importe que ellos solicitan. Ni que se va a restablecer el impuesto de patrimonio y el de sucesiones. Ni se va a permitir el escándalo de las sociedades de pura tenencia o con un solo empleado, que permiten evadir el IRPF y cargar gastos personales, como si fueran de empresa. O que ningún cargo público tendrá dos trabajos y dos o más sueldos mientras haya un parado. Ni que las rentas impositivas del trabajo no superarán a las del capital. Ni reconocen que los salarios españoles están por debajo de la media europea, y no así ni el PIB ni la renta per cápita. Ni que cuando daban crédito no había problemas laborales. NI que los autónomos se diseñan su sueldo y declaran un 25% menos que los trabajadores. Ni que la prescripción fiscal ya no será a los cuatro años, sino que volverá a los cinco, como antes. Ni que el fraude las pymes, a las que tanto va a defender Rajoy, solo supone el 8% del fraude total. Ni que las empresas solo pagan un 10% de impuestos por sus beneficios, al llegar las deducciones y exenciones al 20%. Ni…
No, ellos, Fernández y Gómez, incansables con el látigo sobre las espaldas de los trabajadores.
Y Portugal pide rescate, con lo que algún latigazo más les caerá.
Via: Puntadas sin hilo