lunes, 7 de junio de 2010

REFORMA LABORAL 2010: ALGO MÁS QUE UNA REFORMA....1º PARTE

Entrando en materia 
Muchos años han pasado ya desde que la democracia se instalara en este país. Muchos años también desde que los sindicatos entraran a formar parte como pieza fundamental del sistema de control de los trabajadores, que se había comenzado a forjar durante los años finales de la dictadura, que había tomado forma en los Pactos de la Moncloa y que a día de hoy ha logrado que la clase
trabajadora no se inmute cuando escucha que tenemos más de cuatro millones de parados y que la mejor forma de salir de esto es rebajar los impuestos a las empresas, perder derechos laborales y esperar a que vengan mejores tiempos. Nuestra desmovilización no es casual sino que ha sido buscada durante largos años, hasta que han conseguido que nadie diga nada ante los abusos que se comenten hoy día. 
Hace poco menos de un año, desde la Unión Europea, se intentaba legalizar la jornada de trabajo de 65 horas semanales. No lo consiguieron, pero esta supuesta derrota formaba parte de su estrategia, ya que esa norma laboral que no salió adelante sirvió como cortina de humo para meter por detrás una reforma a la que este país se deberá adaptar, que es la regulación de la entrada de las ETT's en los sectores considerados más peligrosos, como la construcción, así como en el sector público y en la sanidad. Como veremos a lo largo de este dossier, las ETT's gozan de un gran
prestigio entre la patronal y el gobierno, y son las llamadas a “modernizar” el sistema público de empleo. 
Lamentablemente en esta situación hay algo que no encaja, y es donde han ido a parar los millones de euros producidos durante el boom de la construcción. Como todos sabemos, el dinero que se crea en los bancos a partir de los préstamos es en su mayoría ficticio, por lo que con los impagos que se produjeron por parte de particulares, así como de promotoras y constructoras, los bancos perdieron liquidez. El gobierno salió al rescate de las entidades financieras para garantizar que las inversiones siguieran estimulando la economía, pero en lugar de ello la destrucción de empleo es cada vez mayor. El supuesto dinero que los inversores tienen escondido no saldrá a la luz hasta que la cosas no están más tranquilas y se haya llevado a cabo una depuración en el mercado laboral y los derechos de los trabajadores hayan sido de nuevo tirados a la basura, pero ese dinero existe, aunque sea en forma de capital humano. Este análisis del comienzo de la crisis es muy simplista, pero nos ayuda a descubrir lo más importante de la misma: sus culpables. Patronal, gobierno y sindicatos conspiran contínuamente para explotar al máximo a las personas, sacarles el mayor rendimiento económico posible y evitar que las movilizaciones que puedan hacer algo de daño al sistema económico político. Además han de hacerlo aparentado una normalidad y tranquilidad impropias de gente que está jugando con la vida humana. 
Las Mesas de Diáologo Social han sustituido a las asambleas de trabajadores que en su momento llevaron la voz cantante en los conflictos laborales. Las negociaciones tripartitas son cada día más amistosas y las cláusulas de Paz Social se firman sin que a los que se hacen llamar sindicalistas se les vea un ápice de vergüenza. La futura reforma laboral se llevará a cabo de la misma manera, con los mismos actores, y acabará con una nueva derrota para la clase trabajadora. 
Sin embargo, se nos intenta hacer creer que las propuestas de unos y otros van encaminadas a un bien común, como si los intereses de empresarios y de trabajdores fueran los mismos. Así, se nos propone sin tapujos reducir las jornadas laborales con rebaja proporcional del salario, cuando sabemos de sobra que las horas trabajadas en este país exceden con mucho las establecidas en la jornada completa de 40 horas semanales que marca la normativa más básica en materia laboral, el estatuto de los trabajadores. Si realmente se quiere reducir el desempleo, hay que evitar que los trabajadores se vean obligados a realizar horas extra, que recordemos que gran parte de la veces ni siquiera están pagadas. Las inspecciones de trabajo, que tanto éxito dicen haber tenido este año, pasan desapercibidas para los empresarios, ya que si bien es cierto que se han detectado unas 50 mil infracciones en 2009, a las que se dice haber puesto solución, el grueso de las personas contratadas están sufriendo algún tipo de abuso o presión por parte de las empresas, lo cual no se refleja en esas inspecciones. Además, estos “registros” tienen la intencionalidad gran parte de las veces de sancionar las infracciones cometidas por los trabajadores, que son la parte más vulnerable del contrato. Se intenta culpabilizar al trabajador de los bajos rendimientos de las empresas por su absentismo laboral y por las supuestas bajas fraudulentas, cuando el número de bajas y faltas al trabajo no es ni de lejos comparable a la situación contraria por parte de los patrones: obligación de trabajar todos los días y en situación de enfermedad. 
Las empresas españolas pretenden expandirse por todos los continentes para poder así ampliar sus cotas de beneficios explotando a los más pobres. En esta misión el gobierno de España
estará al lado de los empresarios, proporcionándoles apoyo económico, legal y político. Según parece el que estos explotadores extiendan sus garras por todo el planeta nos beneficia, ya que el éxito de las empresas será también nuestro éxito. 
Febrero de 2010 es el mes señalado para dar el pistoletazo de salida al diálogo social para enmendar la situación. Antes de ello, patronal y sindicatos tienen que haberse puesto de acuerdo en la mesa de negociación colectiva, para desbloquear así los convenios que mantienen paralizados. La patronal está siendo muy clara: los salarios no pueden subir por encima del 1%. Los sindicatos, por supuesto, se bajarán los pantalones y firmarán lo que haga falta, por el bien del consenso y la paz social. Después de esta actuación, comenzarán las negociciones para firmar la que será una de las más fuertes a la vez que secillas (por la falta de respuesta social), reformas laborales de los últimos treinta años. 
Las propuestas llegan de las tres partes implicadas en la negociación. Las mismas pretenden realizar no una simple reforma laboral, sino cambiar el modelo productivo de este país, por lo que el contenido de las propuestas debe ser analizado en profundidad. En este dossier vamos a destripar la negociación de la reforma laboral, intentando sacar a la luz las propuestas más importantes de esta reforma de una manera lo más sencilla posible, por lo que vamos a agrupar estos futuros cambios en varios grupos. Trataremos de situar cada futura reforma en su contexto actual, para que podamos darnos cuenta del cambio real que puede producirse. 
Antes de empezar con el análisis, recordamos que esto no es más que un documento en el que tratamos de adelantarnos a la firma de un acuerdo entre patronal, sindicatos y gobierno. Puede que nos equivoquemos en algunas cuestiones, pero la reforma final no andará lejos de nuestras intuiciones. 
Beneficios fiscales a las empresas. 
La situación en la que nos encontramos hoy día viene precedida de una serie de reducciones en los impuestos y tributos que debían abonar las empresas para contribuir al mantenimiento de un sistema público de garantías laborales y extralaborales. Las empresas cada vez pagan menos por sacar beneficios de unos trabajadores que cada vez sacamos menos rendimiento economico de nuestros trabajos. Además siempre han existido “trucos” para librarse de pagar los impuestos. 
Las pretensiones son claras y responden básicamente a las peticiones de la patronal. Se intentarán reducir los impuestos y las cotizaciones que deben abonar las empresas, para poder así aumentar beneficios. También se pretende bonificar aún más la contratación de colectivos vulnerables a la falta de empleo. 
¿Qué dicen los empresarios? 
La CEOE, en su documento oficial de diciembre de 2009, “Recuperar la competitividad, el crecimiento y el empleo en España”, no se corta a la hora de reivindicar una reforma fiscal que haría tambalearse el actual sistema de Seguridad Social y Jubilaciones. En concreto reclaman: 
Reducir las cotizaciones sociales: la excusa es que existe un superhábit en las recaudaciones públicas, por lo que hay margen para la reducción de impuestos a las empresas. La petición concreta es reducir en cinco puntos las cotizaciones a la Seguridad Social de todas las empresas. Nos dicen que esto servirá para proteger el empleo, cuando en realidad sólo afectaría a los beneficios empresariales, dejando sin financiación la Seguridad Social Pública, para que los bancos puedan entrar a saco con el sistema de pensiones privado. El actual sistema de pensiones permite que cualquier trabajador tiene derecho a la atención médica y la jubilación por el hecho de trabajar, eso si, cada vez más años. El cambio supondría un gran paso hacia la desprotección de las personas que no logren encontrar un empleo, y tal como está la situación, es bastante probable que esto suceda. 
Reducir el impuesto de sociedades hasta hacerlo desaparecer: con esta medida pretenden dejar de pagar por los beneficios obtenidos, ya que entienden que los mismos repercuten en toda la sociedad, como si de una ONG se tratara. 
Aumento de las reducciones y bonificaciones en las cuotas de la seguridad social: actualmente la contratación de personas que se encuentran incluidas en los colectivos que supuestamente están en situación de riesgo de exclusión laboral está bonificado, es decir, las empresas pagan menos por ellos a la Seguridad Social. Así, “colectivos” como parados de larga duración, parados de elevadas edades, mujeres desempleadas, mujeres después de parir, cuestan menos a las empresas. Ahora la CEOE solicita que a cambio de realizar los Expedientes de Regulación de Empleo de manera Temporal, se le conceda la exención en el pago de las cuotas de la seguridad social de los trabajadores afectados por este ERE temporal. También pide al gobierno y a los sindicatos que se les permita beneficiarse de reducciones en las mismas cuotas en la contratación de trabajadores a tiempo parcial. 
¿Qué dice el gobierno? 
El gobierno ha respondido a las peticiones de la patronal ayudandola a “salir del bache”, mediante reducciones en sus aportaciones al herario de la Sanidad Pública. En concreto ha puesto en marcha en los primeros meses de 2009 ocho medidas nuevas para animar a la patronal a contratar trabajadores. Algunas de estas medidas son bonificar el 100% de las cuotas por contratar parados que cobren prestación por desempleo, que tendrán efecto durante tres años (eso si, si despiden al trabajador devolverían el dinero), descontar otro 30% de las cuotas que pagan el empresario por un trabajador que realiza labores a tiempo parcial, o ayudar a las empresas que realicen expedientes de regulación de empleo pagando él mismo las cuotas a la seguridad social que correspondan a la empresa. El gobierno llega al diálogo social con alardes de bondad hacia las empresas, y mucho nos tememos que irán a más. 
¿Que dicen los sindicatos oficiales? 
Los sindicatos han protestado muy tímidamente en los medios de comunicación por algunas de las medidas tomadas por el gobierno, en lugar de informar a los trabajadores sobre lo que supone este guiño del ejecutivo a la patronal. Está claro que todo lo que presente el gobierno de Rodríguez Zapatero será bienvenido en la mesa de negociación para Toxo y Méndez.